La obra Marcela Correa se compone de dos volúmenes de granito “ala de mosca”, ambos de dos metros cúbicos aproximadamente. Las esculturas se sostienen por si mismas en cuatro puntos de apoyo. La forma de trabajar los volúmenes fue respetando su propia volumetría, dada principalmente por la presencia de imponente curvas. Los puntos de apoyo se lograron ahuecando el lado de la base, dejándole “patas” a los volúmenes. Esto les otorgó la apariencia de seres orgánicos, atracción de algún animal o gigante. Es interesante el dialogo entre las dos figuras, que al componer una pareja podrán proyectar en los niños diferentes significaciones. ​