Mural de grandes dimensiones del artista Mauricio Torres (Ejecutado por Sammy Salvo), con un estilo de impronta lúdica, que es a la vez pura y dinámica. El protagonista es un animal que se detiene en su paseo mirando hacia los futuros espectadores, con su hocico abierto dándole un aspecto cómico. El paisaje tras él es urbano, pero entendido desde la perspectiva de un niño, en la que edificios de colores parecen derretirse, junto a una micro de la que se asoman caras sonrientes por las ventanas.
El año 2002 se dio inicio al programa “Artesaico”, que permitió la realización de 17 murales de mosaicos en diversas escuelas de la Región Metropolitana en el marco de la Reforma Educacional, renovando el debate sobre las relaciones entre el arte, la educación y la comunidad. Los artistas, invitados por la Comisión Nemesio Antúnez, crearon un diseño y supervisaron la ejecución del mural, que fue realizado por un equipo a cargo de un monitor experto en la técnica del mosaico, completando una cadena de participación que la obra de arte fue capaz de articular. Este trabajó se realizó con la participación de jóvenes inscritos en los programas de pro empleo de cada municipio, los que tuvieron acceso a un oficio, y en algunos casos, a constituirse en una pequeña empresa para ofrecer los servicios de diseño e instalación de revestimientos de calidad, con los conocimientos adquiridos en esta experiencia.