​La propuesta nos recuerda los fenómenos solares y astronómicos, y tiene como objetivo sensibilizar la observación hacia el cielo a modo de acercar la comprensión de nuestro planeta. La intervención considera un diseño cinético, pintando tres círculos entrelazados en algunos sectores de los perfiles rectangulares de la reja, además de tres óvalos interconectados entre sí, construidos en hormigón armado con pavimento de ladrillo y tres rocas graníticas, emplazados en el suelo al interior del colegio, que corresponde a los estados espirituales del Aymara: Arajpacha, Akapacha y Manquepacha. La sombra de las piedras, calzan en unos círculos de cobre incorporados en el diseño, durante el equinoccio de otoño y primavera y solsticio de verano e invierno.   

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