En este marco se creó la ley chilena que permitiría años después, la promulgación del Reglamento que creó a la Comisión Nemesio Antúnez  , en una mirada de futuro de las autoridades de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de la época.

 

El principal logro de la entidad es la realización de obras que dan cuenta de la diversidad de creadores nacionales, obras que salieron de los museos y galerías para instalarse donde la ciudadanía pueda apreciarlas, obras cuyo soporte se encuentra en obras de infraestructura públicas que mejoran la calidad de vida de la población y que intervienen en el espacio público difundiendo esta expresión contemporánea de las artes visuales.

Durante estos veinte años de trayectoria, la ampliación del concepto ornamento artístico respecto de lo que dice la Ley cedió el paso y consolidó la noción de arte público  . Por otra parte, abrió el debate acerca del rol y el alcance del significado del ornamento, de la identidad, de la memoria, del lugar, del contexto y de la permanencia de las obras, entre otros; conceptualizaciones que, finalmente, nos habla de la construcción del espacio público y del territorio.

Esta práctica institucional, hecho ineludible para las artes visuales, nos orienta en un nuevo desafío: fortalecer el rol de la Comisión como instancia de reflexión en temas de arte público, que acoja cuestiones pertinentes a su rol y que no son posibles de ser asumidos por la unidad técnica: como la difusión y la conservación de las obras, y asimismo, la profesionalización de la práctica de incorporación de las artes plásticas en edificios y obras de infraestructura públicas.