Esta obra se emplaza al sur de Tirúa, frente de la isla Mocha, estableciendo un importante diálogo con el mar. Conjunto escultórico construido en madera de roble pellín, ciprés, acero y vidrio, compuesto de una plataforma que sostiene un wanpu (canoa o balsa), dispuesta en dirección a la isla, sobre él viajan tres figuras que representan a dos balseros y el alma de un difunto. Estas figuras se acompañan de un par de elementos verticales antropomorfos, que se alzan desde el suelo, alcanzando una altura de seis metros. Ambas figuras totémicas que representan a los deudos que despiden el alma. El conjunto nos habla de la cosmovisión mapuche acerca de la muerte, vista como un viaje que nuestras almas deben emprender, llevada por balsas, hacia una isla donde se une el cielo con el mar. Cabe destacar el rescate de la madera como medio de expresión tradicional de la zona, incorporando a través de ella elementos contemporáneos.​